Temuco, Valdivia y Santiago – Chile

Temuco no formaba parte de mi plan inicial. Pero Cristian me dijo que su mejor amiga vivía allí, y que ella me podía acoger en su casa y llevarme «de paseo» por los alrededores, sobretodo a Pucón y Valdivia, que sí estaban en mis planes. Así que le hice caso y me puse en contacto con ella. En seguida me dijo que por supuesto me podía quedar en su casa, que además a ella también le encanta viajar y tenía ganas de conocerme y llevarme por ahí. Llegué a Temuco sobre las 16 del mediodia. No había wifi en la estación así que le pedí a una chica que le escribiera un whatsapp a Daisy para avisarla de que ya estaba allí. Mientras esperaba, me puse en unos bancos a comer mi tupper de pollo que me había preparado la noche anterior. Cuando llegó, parecía que nos conocíamos de siempre! Super dicharachera y con una energía tremenda! De allí nos fuimos directas a casa de una amiga suya, Dani, también super buena onda. Decidimos preparar sopaipillas, una comida típica chilena. Es como un pan frito que se come con pebe (mezcla de tomate, cebolla, cilantro y aceite), aguacate, y cosas dulces. Me encantó porque además me recordó a cuando era pequeña y cocinaba roscos de Semana Santa con mi abuela y mi tía. Estuvimos toda la tarde cocinando y charlando.

También llegó Maxi, el hijo de 6 años de Daisy. Ya por la noche, nos fuimos a casa y yo me instalé en el cuarto de Maxi.

Al día siguiente, Daisy tenía que trabajar así que decidí irme sola a ver Pucón. Es una ciudad desde la que se ve el volcán Villarrica. Bueno, eso es lo que dicen porque cuando yo llegué llovía un montón y no se veía nada, pues las nubes lo tapaban todo. Aún así, estuve recorriendo la ciudad y comiendo algo. Aunque después me fui empapada y sin haber visto el volcán de nuevo hacia Temuco. Aunque estuvo bien, porque al llegar a casa estuve cenando con Daisy y tomando unas birras, hablando de la vida… 🙂

Al día siguiente habíamos quedado en ir juntas a Valdivia. Nos despertamos a las 8, desayunamos, y cogimos el coche rumbo a la ciudad costera de Valdivia. El camino super bonito, todo verde. Incluso pude conducir un rato, que se agradece porque a veces echo de menos conducir.

IMG_8889

Al llegar a Valdivia, dimos una vuelta por el centro y por el Jardín Botánico, precioso!

Después nos fuimos a comer a la cervecería Kunstmann. Es una fábrica con una parte de bar-restaurante. La cerveza artesanal buenísima, y además comimos crudo, que es un plato típico de esa zona y consiste en carne de ternera cruda, con pepinillo, cebolla y ají. A mi me encanta el steak tartar y en general la carne crudita, así que disfruté como una niña!

Después nos fuimos a Corral, un pueblito al que se puede acceder en barco. Paseamos por allí, entramos a un fuerte español, y después nos fuimos a merendar.

Así descrito parece que nos pasamos el día comiendo pero en realidad pasó bastante rato entre una y otra comida! Al final, volvimos a casa tardecito, justo a tiempo para cenar con Maxi  y la mamá de Daisy en casa de sus padres. También aprovechamos para despedirnos, porque al día siguiente por la mañana me subí a un bus de 9 horas para ir a Santiago, donde me esperaba Cristian!

IMG_9074
Él tenía un compromiso aquella tarde en Santiago, y decidió quedarse a dormir allí para así poder despedirnos aquella noche. Nos fuimos al hostel, y de allí a cenar chorrillana, que es un plato que consiste en patagas fritas, huevos, frankfurt, carne, cebolla y queso! Y de allí, nos fuimos a tomar unas birras. Fue genial porque también vino Claudio, un chileno que conocí en Rio hace 3 años!

A la mañana siguiente, me despedí de Cristian con muchísima pena, para variar. Sin duda él ha sido de lo mejor que me ha dado Chile! Pero yo tenía que irme al aeropuerto a coger un vuelo internacional hacia el próximo destino….

Deja un comentario