Lima – Perú

Lima no entraba para nada dentro de mis planes. Ya la conocí bien hace 3 años, así que esta vez pensaba saltar Perú. Peeeero, los que me conocen bien saben que soy una terrorista comprando vuelos. No es la primera ni la segunda vez que me equivoco en el momento de comprar, y volvió a pasar. Así que debido a mi equivocación me tenía que quedar dos días en Lima. Sabía que Irina (amiga catalana que coincidió viviendo en Fortaleza conmigo 6 meses) estaba haciendo un voluntariado en Cusco. Así que se lo dije, y sin pensarlo dos veces se compró billetes de bus para venir y pasar esos dos dias conmigo en Lima. Decidimos hacer couchsurfing, es decir, quedarnos en casa de alquien que vive en Lima y que nos acoge en su casa. Llegué a Lima por la tarde, y me fui directa en bus desde el aeropuerto hasta Miraflores, en barrio turístico. Allí me estaban esperando Irina y Alexander, el chico que nos hospedaba en su casa. En Lima el tráfico es caótico y conducen como locos. A parte, van pitando ABSOLUTAMENTE TODO EL TIEMPO. Literal. Tienen una mano en el volante y otra en el claxon. De camino a casa de Alexander, tuvimos un pequeño accidente de coche. Alex se saltó un stop y se comió un taxi. Por suerte no fue nada grave, pero tuvimos que esperar allí una hora a que viniera el del seguro y todo. Después de eso, ya nos fuimos a su casa, Alex nos presentó a su serpiente, y nos fuimos a cenar. Fue curioso porque él llevo la botella de vino de su casa al restaurante. Puedes hacerlo, y te cobran un precio simbólico para abrirtela.

Al día siguiente, Alex super majo nos preparó el desayuno, y después Irina y yo fuimos a dar una vuelta por Miraflores mientras él hacia unas gestiones del coche.

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A la hora de comer, como yo había dicho que quería comer ceviche (me vuelve loca!),  nos llevo junto a su amigo Carlos a un sitio donde toda la comida estaba brutaaal!

Después nos fuimos a Barranco nosotros tres, un barrio super bonito delante del mar. Por la noche, nos volvimos a juntar con Carlos para comprar carne y hacer una parrilla. Fue una noche muy guay, la carne riquísima y bebiendo buen vino y conversando sobre Perú, España, Catalunya, el mundo….

Al día siguiente, nos despertamos tarde y fuimos directos a comer con Carlos a su restaurante. Después ya nos despedimos de ambos, Alex y Carlos, e Irina y yo nos fuimos al centro de Lima, que es la parte histórica. Definitivamente confirmo que Lima es una ciudad gris. Como esas ciudades del norte de Europa donde el cielo siempre está gris. He estado 3 veces, y en ninguna de las 3 he visto el sol más de una hora.

Total, aquel dia acompañe a Irina a tomar su bus de vuelta a Cuzco (ens veiem a Barna eh, més ens val!) y yo fui a hacer ultimas compras y hacer un poco de tiempo, porque mi vuelo salía a las 2 de la mañana esa noche rumbo a Colombia!!

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